miércoles, 7 de diciembre de 2011
La despedida del profesor más preciado.
Entonces supe que habíamos llegado al final, ese era nuestro último adiós; y allí, en medio de la nada compartimos largos minutos de silencio sin saber qué contarnos, aún teniendo infinitos recuerdos que comentar... Hasta que lamentablemente sentimos que había llegado la hora, había llegado el momento de despedirnos. Tantas cosas que contar sin saber cómo ni el modo de hacerlo, y desaprovechando aquel instante que podríamos haber hecho tan agradable. Tuvimos una oportunidad, sí, pero la desaprovechamos. Ya nunca nos volvimos a ver; simplemente nos deseamos lo mejor telepáticamente. Telepáticamente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario